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ESTUDIANTES DE LA PROMOCIÓN 2022 "MANES DE GUZMAN"

Actualizado: 1 sept 2022

MARITXELL NALID VILLASANTE FIGUEROA


SER SANTARROSINA ES PARTE DE MÍ

Hoy miro hacia atrás, no con arrepentimiento, sino con mucho orgullo y felicidad. Hace 6 años, mi vida y mi entorno dieron un giro de 360 grados. Llegué en sexto grado de primaria y a pesar de ser la promoción de primaria, las casi 40 compañeras me recibieron con los brazos abiertos. Mi ojos se tornan de lágrimas con tan solo recordar la grata bienvenida que mis compañeras me dieron. Desde el primer instante que pisé mi segunda casa, el C.E.P. Santa Rosa de Lima, supe que sería un lugar inolvidable, lleno de personas y experiencias nuevas. Soy Maritxell Villasante, algo difícil de pronunciar mi nombre, lo sé. Y orgullosamente soy estudiante del quinto año de secundaria del Colegio Santa Rosa de Lima Cusco. Por medio de este escrito, en el que alma, corazón y vida son mi mayor inspiración, agradezco cuán grande me hizo mi querida casa de estudios y las tantas lecciones que pude aprender a lo largo de los años. Como había mencionado previamente, llegué al Colegio hace ya 6 años. Me sorprende ver lo rápido que transcurre el tiempo, era tan solo ayer que conocía a mis hermanas santarrosinas. La primera lección que me llevo de nuestra casa de estudios, de nuestros profesores y de nuestras compañeras es el valor de ser uno mismo. La originalidad y el carisma es algo inherente a la persona, cada uno tiene características y personalidad que definen quién es. Y hoy por hoy, sé que vaya a dónde vaya, demostraré eso, la alegría de ser una hija egresada del Colegio Santa Rosa de Lima. Cómo olvidar cuando en las oraciones, la “teacher” Esmeralda nos hacía cantar con fervor los cantos del profesor Alberto para animar la mañana y con ello compartían un pedacito de jovialidad y júbilo diario. O cómo olvidar cuando el profesor Teo nos hacía gritar a voz viva “¡Qué viva el Colegio Santa Rosa de Lima!”. O por qué no recordar cuando la profesora Yadira nos enseñaba a siempre ir presentables a cualquier actividad o ser proactivas en cuanto a detalles y nos hacía elaborar delicados ganchitos con florcitas rosadas para el aniversario del Colegio. Son tantas las enseñanzas valiosas de mis maestros, que se acabarían las páginas de esta revista nombrando cada ejemplo de la alegría de ser santarrosino o santarrosina. Pero, algo que nunca olvidaré de todos estos años es el valor de la empatía y el compañerismo. En clase con el profesor Ronald solemos discutir que nuestra sociedad nos ha deshumanizado tanto que olvidamos las cosas que realmente importan y eso es muy cierto. No fui parte del Colegio desde que era pequeña, y es por eso que puedo asegurar que fraternidad como la de la familia santarrosina no existe. Cuando llegué al Colegio, me asombraba ver el apoyo incondicional entre todas mis compañeras. A veces, me pongo a pensar en que la hermosa amistad que hemos cultivado como promoción, no la encontraré en ningún otro lado. Somos 28 chicas educadas con un don único, la empatía y la capacidad de apoyar a nuestro prójimo independientemente de los problemas o dificultades que se presenten. Esto me lleva a agradecer la amistad y el apoyo que recibí y sentí por parte de mis maestros de vida, así es profesores, ustedes que están leyendo esto: MUCHÍSIMAS GRACIAS. Y uno que otro agradecimiento especial a la profesora Jessica y al profesor Edgar, que acompañaron a mi promoción a lo largo de secundaria. Admito, debe haber sido caótico guiar a tantas ovejas. Pero ustedes maestros, nunca desconfiaron de nosotras y nuestra capacidad, eso sí que es admirable. La última cosa que mencionaré es que rompí las reglas en cierto punto, me pidieron escribir acerca de cómo me sentí en estos años de ser estudiante en el Colegio, pero creo que ya escribí mis agradecimientos y demás. Y justamente allí radica la tercera enseñanza que me llevo de nuestra casa de estudios: Cuestionar y desafiar lo que la sociedad nos plantea. Ser luz en medio de la oscuridad, ser la oveja negra en un rebaño de ovejas blancas o como ustedes deseen llamarlo. Ser diferentes porque allí es dónde encontraremos nuestro para qué. El espíritu crítico y reflexivo que me llevo de nuestras aulas, hoy en día ya ha tenido frutos. Como muchos de ustedes saben o tal vez no, en el 2021 fui Alcalde del Municipio Escolar y junto con mi equipo desafiamos las dificultades de la pandemia, cuestionamos nuestra labor y fuimos capaces de crear soluciones. Todo ello no hubiera sido posible sin cuestionar el entorno que nos rodeaba en ese entonces, y aquí es dónde doy crédito a las profundas y extensas discusiones con la Hna. Cecilia en Filosofía. Prometo recordar y practicar hasta el final de los días lo hermoso que es ser una santarrosina, es parte de mí. Tengo tanto que mencionar y agradecer a este Colegio, mi Colegio que si me vieran en este momento escribiendo esto, me alcanzarían a la mano un pedazo de papel para secarme las lágrimas de orgullo y felicidad por estos maravillosos 6 años de mi vida.


CAMILA ADRIANA FLORES SALINAS




MI COLEGIO EN MIS RECUERDOS

Hay recuerdos y momentos en la vida de las personas que son realmente difíciles de olvidar. Épocas pasadas que nos marcan de por vida, no solo por nuestras vivencias, sino por lo aprendido en el transcurso de las mismas. Un ejemplo de esto que me motiva a escribir hoy, son los muchos momentos buenos y malos que todos hemos pasado en el colegio, en nuestro colegio… Y es precisamente de eso que hoy quiero escribir.

La nostalgia me invade al notar que estoy a poco tiempo de dejar mi querido colegio, y los recuerdos siempre están allí, qué recuerdos…

Como no mencionar, a mis compañeras con las que siempre he estado desde el primer día en el que empezaba mi etapa escolar. Y a quienes he visto crecer conmigo y también ver sus avances.

Escribir sobre mi primaria en colegio fue hermosa y en la que aprendí a escribir, leer, sumar y restar, como no recordar cada uno de las profesoras quienes contribuyen a mi desarrollo académico, personal hasta mi secundaria, segura además que los recuerdos de cada un@ perdurara en el tiempo.

Recuerdo mi infancia, era una niña tímida, con muchos miedos, recuerdo que mi profesora Tula de comunicación fue quien vio en mí un potencial en la oratoria, que hoy en día creo que es una de mis mejores habilidades, que me ayuda en participar diferentes actividades de mi colegio como en teatro así como en poesía, antes no me habría imaginado haciendo esta cosa, recuerdo que tenía mucho mido a hablar en público, casi siempre me trababa y me quedaba en blanco, pero a medida que pasaba el tiempo el colegio me dio esa confianza.

Recuerdo el momento de la famosa foto de la promoción para dejar primaria, y las escaleras en donde todos posamos, (las más pequeñas adelante, y las altas en atrás, en donde me ubicaron). Humildemente, una de mis características fue ser una de las más altas.

Todas deseábamos vernos más grande estando en secundaria. No puedo negar que allí fue donde encontré a mis amigas, que aún no sé si serán para toda la vida, donde tuve mis primeros triunfos y donde me enseñaron gran parte de los conocimientos y que espero que cada día me ayuden a formarme como una gran persona.

Es difícil decirlo, pero creo que una de las cosas que me costó superar fue estar aislada de mi colegio, profesores y mis compañeras por consecuencia de la pandemia, pero pudre superarlo gracias al apoyo emocional que nos brindaban los profesores, mis padres hicieron que esos dos largos años fueran gratificantes.

A medida que escribo voy añorando eso gratos momentos vividos en cada lugar de mi colegio, entré apenas era una niña de 7 años, hasta ya con mis 16 años, son tiempos buenos los que pasaron, los que perduraran en mis mejores recuerdos, añorando cada momento y tendré presente esos recuerdos vividos.

¡A comenzar nuevos retos, nuevas oportunidades y a triunfar!

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